Tras el anuncio de la mayor lluvia de estrellas de todos los tiempos, una pequeña
aspirante a astrónoma, coge su telescopio y se dirige a la montaña más alta que
le permita disfrutar de este gran fenómeno de la naturaleza, del que pretende
inspirarse también para crear su primer libro de poesía científica, una idea que le
ronda por la cabeza desde hace tiempo. Cuando coloca su ojo ante el objetivo
dirigido directamente al cielo, se extraña al comprobar que no se ve ni una sola
estrella. El cielo es un auténtico desierto. No, espera, parece que a lo lejos puede
verse una… Al mirar con más detenimiento, se percata de que no es una estrella,
sino un pequeño asteroide repleto de unos extraños árboles… Parecen baobabs.
También hay rosas, un sinfín de pequeñas rosas… No se lo puede creer… Un
asteroide, baobabs, rosas… Parece la historia de El Principito, de Antoine du
Saint-Exupéry. En ese momento, aparece, entre árboles y rosas, una pequeña
figura humana… Nuestro querido Principito. Y así es cómo comienza una gran
aventura, donde nuestra protagonista, ayudada por los conocimientos y la
sensibilidad de El Principito, emprende un viaje por el planeta Tierra, con el fin de
averiguar qué está pasando para que las estrellas hayan desaparecido…